Ventanas correderas
Las ventanas correderas son muy comunes en muchos hogares decorados de manera minimalista, así como en lofts y espacios diáfanos pertenecientes a oficinas o empresas de cualquier clase y edificios con cierta altura, aunque, realmente, las ventanas correderas son válidas y prácticas para todo tipo de inmuebles. Y es que, dadas sus características, estas ventanas son una de las más apropiadas para economizar en el espacio y lograr ampliar las posibilidades de todo lugar.
Pero, ¿a qué se debe esto? La razón de que las ventanas correderas ofrezcan tantas oportunidades para ahorrar espacio, es que ninguna pieza de la ventana sobresale hacia el interior ni el exterior de la vivienda o el inmueble en cuestión, pues éstas funcionan de manera que las hojas se desplazan (comúnmente) de forma horizontal, sin ocupar ningún espacio adicional innecesario, mediante un sencillo sistema de guías. Esta circunstancia hace a las ventanas correderas compañeras perfectas de espacios limitados con pilares, muchos muebles, esquinas, entre otros diversos obstáculos. Además, existen distintas alternativas para las ventanas correderas: pueden adquirirse con dos hojas deslizables (que se deslizan de forma completamente independiente) o, si se prefiere, con una sola hoja desplazable y otra fija, de manera que ésta no puede abrirse: esto queda al gusto o las necesidades del usuario y de las características de su fachada o interior y posibles usos diarios que pretende otorgar la persona o familia a sus ventanas. Asimismo, el referido sistema de guías que rige y hace funcionar a las ventanas correderas, favorece una limpieza sencilla y exhaustiva de las mismas; y es que éstas pueden desmontarse de manera cómoda para, una vez ya limpios los cristales, volver a colocarlos correctamente para continuar con el uso común de ellas siempre que se desee.
Las ventanas marca Technal, que Afandecor distribuye en España, son unas de las más solventes del mercado: entre otros interesantes modelos, se encuentran las ventanas correderas con hoja oculta, las primeras de este estilo. Y es que las prestaciones de estas ventanas son numerosas, se elijan con dos hojas deslizables, hoja oculta, una hoja deslizable y otra fija… También con apertura graduable al gusto del consumidor, de tipo horizontal o vertical, porque, entre otras cuestiones, ofrecen una luminosidad difícil de superar, lo cual se encuentra en la línea que siguen los interioristas y arquitectos más prestigiosos actualmente, creando entornos agradables y gratos para los sentidos, de manera que la estancia se funde con el exterior, forma parte de la misma vivienda. Además, estas ventanas, cuando se presentan en grandes tamaños (lo cual potencia su ya de por sí distintiva luminosidad), pueden acompañarse de perfiles finos y elegantes, que, de igual forma, aumentan la ya mencionada mayor característica de las ventanas correderas: su economía de espacio.
Por otro lado, son los cristales de doble vidrio con aislamiento térmico los que mejor se conjugan con las ventanas correderas, pues secundan a la excelente luminosidad con el hecho tan preciado de evitar los contrastes y cambios bruscos de temperatura en el hogar. Como último apunte, es importante poner en valor la seguridad de las ventanas correderas, que puede reforzarse con un bloqueo de apertura que prevenga todo tipo de fugas indeseables.
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